Se parten en trocitos sin quitar la piel, retirando las semillas y el corazón.
Se pesa en la báscula de cocina.
Una vez que ya sabemos lo que pesa el membrillo, cogemos azúcar y la pesamos también, porque se necesita 750gr, de azúcar por cada kilo de membrillo limpio.
Se echa en una cacerola el membrillo con el azúcar y una taza de agua. Se pone a cocer a fuego medio .
Con la cuchara de palo se va dando vuelta para evitar que se pegue.
Poco a poco va tomando color, es el momento de poner a fuego lento y dejar que se termine de hacer.
Se comprueba el punto de cocción del membrillo colocando la cuchara de palo en medio de la cacerola, si se queda de pié, está en su punto.
Se retira del fuego, y se pasa por la batidora o por el colador chino, según nos guste su textura.
Se vuelca sobre recipientes.
Es tradición en muchas casas al llegar el otoño.
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